Si me recuerdas, que sea con drama

Ah, el drama humano en su máxima expresión. Heme aquí procrastinando… (“filosofando”) solo porque me quedé pensando en estas frases de dos canciones que acaban de sonar, y que, de alguna manera, parecían hablarse entre sí.
Cause I'm not ready
To find out you know how to forget me
I'd rather hear how much you regret me
And pray to God that you never met me
Than forget me
I don't wanna be just a memory, baby
Lady Gaga no quiere ser "solo otra memoria", y Lewis Capaldi prefiere que lo odien con pasión antes de que lo olviden. ¿Por qué? Porque, claro, ser olvidados es el equivalente emocional a desaparecer del universo. ¡Qué horror! ¿Cómo se atrevería alguien a seguir adelante sin nosotros? Es como si nuestra existencia dependiera de que alguien nos recuerde mientras escucha baladas tristes en la ducha..
La verdad es que no nos gusta ser una memoria porque eso significa que ya no somos el centro del mundo de alguien. Y, seamos honestos, a todos nos encanta ser el centro del mundo, aunque sea por un ratito. Ser olvidados duele porque nos hace sentir insignificantes, como si todo lo que compartimos con esa persona no hubiera importado. Es como gritar en el vacío y que nadie te escuche. ¡Qué poético y deprimente a la vez!
Filosofando ando (because.. why not?)
Desde un punto de vista filosófico, el miedo al olvido es básicamente nuestra forma de rebelarnos contra la impermanencia. Todo en la vida es temporal: las relaciones, los momentos, incluso el café caliente que se enfría demasiado rápido en el invierno limeño. Pero nosotros, tercos como somos, queremos que algo de nosotros dure para siempre. Queremos ser recordados, porque eso nos da la ilusión de que nuestra existencia tuvo un propósito. Es como decir: "¡Hey, estuve aquí! ¡Fui importante!".
El (otro) alemán bigotón Heidegger diría que este miedo al olvido es parte de nuestra "angustia existencial". Nos aterra enfrentarnos a la idea de que somos finitos, de que un día no quedará nada de nosotros, ni siquiera en la memoria de alguien. Por otro lado, Juan Pablo Sartre probablemente se reiría de nosotros y diría: "¿Por qué te importa tanto lo que piensen los demás? Vive tu vida y no dejes que la vida te viva… Disculpen… me deje llevar. Otra vez, Sartre diría “Vive tu vida y deja de buscar validación externa". Pero claro, eso es más fácil decirlo que hacerlo, porque a todos nos gusta sentirnos importantes, aunque sea en la playlist de alguien.
En resumen, no nos gusta ser olvidados porque nos hace sentir pequeños, insignificantes y, bueno, humanos. Pero tal vez el truco está en aceptar que no necesitamos ser recordados para que nuestra vida tenga sentido. Aunque, seamos sinceros, si alguien nos olvida, al menos que lo haga saltando nuestra canción favorita en su playlist...) y sintiendo un poquito de remordimiento por ello)