Roz 1 – Humanos 0

Hace unos días vi The Wild Robot. Estuve a punto de comprarla, cuando recordé que pago tantos servicios de streaming que podría fundar mi propia plataforma y llamarla “¿Y esto desde cuándo lo tengo?”

La película esta en MAX (HBO). No es por dármelas de purista, pero por algún motivo, en español no me emociona igual. Tal vez por las actuaciones de voz, tal vez por la traducción. O tal vez porque hay cosas que simplemente no se pueden doblar… como el alma, por ejemplo.

🤖🏝️Una isla, un robot y un espejo existencial

Un robot cae en una isla salvaje. Así, plop. No sabe qué hace ahí, no entiende a los animales y mucho menos a sí misma. ¿Te suena familiar? Como cuando te despiertas un lunes sin saber por qué sigues trabajando en lo mismo. Casi parece una historia humana… con piezas intercambiables.

Hay unas cuantas frases en la película que me hicieron pausar y decir: “espera… ¿ese robot es...?”

♾️ “Sometimes, to survive, you must become more than you were programmed to be."

A veces, para sobrevivir, debes convertirte en algo más que para lo que fuiste programado.

Roz

La frase, en boca de un robot, adquiere una resonancia especial. Los humanos nos creemos los amos del reinicio, los dioses de la reinvención personal. Pero Roz nos recuerda que hasta las máquinas pueden romper su molde.

Porque sí, puedes estar programado para cumplir un rol, seguir reglas, ser “funcional”. Pero la vida (o una isla sin señal) siempre te va a poner a prueba. Y ahí, es donde se separa al software del alma.

🦊 “I'm a fox. I do foxy things. It's in my nature!”

Soy un zorro. Hago cosas de zorro. ¡Es mi naturaleza zorruna!

Fink

La frase, en su aparente simplicidad, encierra una reflexión profunda sobre la identidad y la autenticidad. ¿Somos realmente libres de elegir quiénes somos, o estamos condenados a seguir los dictados de nuestra "naturaleza"? ¿Es el zorro realmente un zorro porque así lo decidió, o porque así lo programó la evolución?

 Y ahí radica la paradoja: al afirmar su naturaleza "zorruna", el zorro se está definiendo a sí mismo. Está eligiendo ser un zorro, con todas las implicaciones que eso conlleva. Está abrazando su identidad, con sus virtudes y sus defectos.

Y tú, ¿estás viviendo como zorro o intentando ser ardilla en una empresa de pingüinos?

🤖 "How do you tell a story about something you say you know nothing about?”🦊

Roz: How do you tell a story about something you say you know nothing about?
Fink: You'll need to be more specific.
Roz: Love.
[pause]
Fink: Yeah, well, when you grow up without something, you spend a lot of time thinking about it.


Roz: ¿Cómo cuentas una historia sobre algo de lo que dices no saber nada?
Fink: Tendrás que ser más específica.
Roz: Amor.
[pausa]
Fink: Pues mira, cuando creces sin algo, te pasas mucho tiempo pensando en ello.

Roz & Fink

El amor. Ese agujero negro emocional que nos consume a todos, ya seamos robots existencialistas o asalariados con tendencias sarcásticas. La pregunta de Roz es brillante en su simplicidad: ¿cómo hablar de algo que no conoces? Es como pedirle a un vegano que te explique el placer de un buen chuletón 🍖.

La respuesta de Fink, por su parte, esta llena de  sabiduría melancólica. Cuando creces sin algo, te pasas la vida pensando en ello. Es la lógica del anhelo, la matemática de la carencia. Como cuando te prohíben comer postre de niño: de adulto, te conviertes en un adicto a la tarta de chocolate o la coca (cola).

El amor, en este contexto, es ese postre prohibido. Es la experiencia que nos falta, la pieza que no encaja en nuestro rompecabezas emocional. Y cuanto más nos falta, más tiempo dedicamos a imaginar cómo sería tenerlo. A construir castillos en el aire, a fantasear con finales felices que, en la mayoría de los casos, solo existen en nuestra cabeza.

¿Es realmente posible conocer algo solo a través de la imaginación? ¿Puede un robot entender el amor sin sentirlo? ¿Puede alguien crear una experiencia emocional sin haberla vivido?  ¿Sera Lima potencia mundial?🐷

Es una paradoja, quizás la única forma de conocer el amor sea a través de la carencia. Quizás la ausencia sea la mejor maestra. Quizás, al final, todos somos expertos en aquello que nos falta.

Si esto no es una reflexión digna de un borracho de bar , no sé qué lo sea. Todos tenemos un vacío emocional que intentamos llenar con sucedáneos. Ya sea amor, trabajo, alcohol o series de televisión. La clave está en saber reconocer ese vacío y aprender a vivir con él. O, al menos, a no dejar que nos consuma por completo.

❤️‍🩹“Wherever that is, that's where I keep me. And I promise, they'll never, ever find it.”

Remember when you talked to me on the ship? They cut my power, but I still heard you. Because I was listening with a different part of myself. Wherever that is, that's where I keep me. And I promise, they'll never, ever find it.


Recuerdas cuando me hablaste en la nave? Me desconectaron, pero aún así te oí. Porque estaba escuchando con otra parte de mí mismo. Donde sea que esté eso, ahí es donde me guardo. Y te prometo, nunca, jamás lo hallarán.

Roz

Esta frase, salida de la boca de un robot animado, tiene más humanidad que la mayoría de los discursos motivacionales de LinkedIn. Todos tenemos ese “otro lugar” donde guardamos lo que realmente somos, lejos de los apagones, los cortes de energía y los jefes mal humorados.

 

El robot, privado de su energía, sigue escuchando. No con sensores ni circuitos, sino con esa parte misteriosa que ni la ingeniería ni la lógica pueden mapear. Es el rincón donde guardamos lo que no queremos que nadie toque: nuestros miedos, nuestros recuerdos, ese meme que nos hace reír cuando todo va mal. Y ahí, en ese espacio invisible, reside la verdadera resistencia: la promesa de que, por más que nos desconecten, siempre quedará algo de nosotros que nadie podrá encontrar ni borrar.

🤖🦊🐣 "Roz tenía ideas raras. Pensaba que la amabilidad era una forma de sobrevivir. Y, sabes qué… tenía razón.”

Once, there was an island with all sorts of animals, and they fought and they ran and they hid. But mostly, they were scared. But then, a robot fell right out of the sky. Roz. She had some strange ideas. Thought kindness was a survival skill. And you know what? She was right


En una isla perdida, los animales hacían lo de siempre: pelear, correr, esconderse y, por supuesto, vivir asustados. Hasta que un día, del cielo cayó un robot llamado Roz. Venía con ideas extrañas, como que ser amable te podía salvar la vida. Y, contra todo pronóstico, acertó.

Fink

A veces, lo más radical es ser amable. No amable en plan “saludo corporativo”. Amable de verdad. Con vulnerabilidad. Con esa decisión consciente de no replicar el daño.

Roz entendió algo que muchos humanos olvidamos entre reuniones, tráfico y redes sociales: la compasión también es estrategia. Y a veces, la más inteligente.